Hace diez años, cuando decidimos elaborar esta obra no pensamos en el éxito que
¡dría. Tal vez la aceptación mostrada se deba a la concepción de este trabajo coleco. La idea desde un inicio fue comentar la Constitución a partir no solo de especiaades distintas, sino de visiones diferentes de nuestra ley principal. Esto podría pa-
;er hásía cierto punto incoherente, pero en realidad no lo es. Si bien la Constitución
un pacto social, un punto de encuentro de las distintas fuerzas y sectores que convin en una sociedad y, por lo tanto, ha de ser leída e interpretada con una cierta unidad,
nbién es verdad que en el plano jurídico es un conjunto de cláusulas normativas qué
>orda temas diversos, derechos de distinta naturaleza que pertenecen a disciplinas juiicas diferentes y que exigen un tratamiento desde la especialidad para poder ser cailmente entendidas y aplicadas.
A lo largo de toda la Constitución esta realidad se hace patente. Un ejemplo de lo
je decimos son los distintos artículos de la parte económica de la Constitución, en la que
jnñuye todo un conjunto de especialidades -y realidades- como el Derecho del Consu-
¡idor, el Derecho de la Competencia, el Derecho Societario, el Derecho Financiero, el
¡erecho Contractual y un largo etcétera. En todos estos casos, el especialista tiene algo
ue decir, que no es un simple complemento de lo que pueda afirmar el constítucionalist, sino que, por el contrario, muchas veces permite entender en su real sentido los alcanes de la norma. En otras palabras, la Constitución no puede ser entendida solo desde el
ierecho Constitucional, aunque, desde luego, a estas alturas del avance del conocimiento
jrídico el conocimiento de esta disciplina es indispensable para todo jurista