¿País sin memoria? o ¿gobernantes inicuos? Luego de una deslucida administración (1908-1912) producto, entre otras cosas, por la inoperancia política de la época, Leguía retornó al Perú en 1918 para recibir el título de "Maestro de la Juventud". Esta alta distinción fue otorgada por un grupo de universitarios reformistas luego de una reñida votación al interior de la asamblea universitaria.
Con ese respaldo, Leguía enfiló su camino para suceder en el cargo presidencial a José Pardo de quien fue Ministro de Hacienda durante su primer mandato (1904-1908). No tuvo reparo en realizar innumerables promesas demagógicas ni utilizar personajes históricos como Andrés Avelino Cáceres a quien hizo testigo en un mitin popular para recuperar no sólo Tacna y Arica, sino también Tarapacá.