En el contexto latinoamericano, existen diversas formas de relaciona- miento con el agua que responden a cosmovisiones y prácticas de pue- blos indígenas y afrodescendientes, así como de comunidades campesi- nas, en las cuales el agua es el centro de las actividades territoriales, cul- turales, sociales, ambientales, políticas y económicas. De igual manera, el agua se torna en el eje tanto de demandas de derechos y justicia como de defensa de los territorios, sobre todo en contextos de extractivismo minero a gran escala. Para algunos pueblos indígenas, el agua también tiene derechos y se demanda un lugar para ella como un actor político más (Ulloa, 2020). Estas perspectivas también se han materializado en procesos de construcción de infraestructura local que representan ma- nejos de agua autónomos —como, por ejemplo, acueductos comunita- rios—, basados en diversas concepciones y modos de organización diri- gidos a proteger el agua. Estos procesos en torno al manejo, la gestión y el cuidado también se expresan en la materialidad de las infraestructuras ancestrales o instalaciones temporales de acceso al agua.